Panadería Ornelas: un ícono gastronómico de la identidad ensenadense

Es diciembre y sopla viento frío. Un adulto sale de trabajar y de camino a casa se detiene en la panadería que lleva visitando desde hace años. Compra una patita rosa para su esposa, una dona para sus hijos y él se lleva un rollito de jamón. Arriba de la caja, sobre una de las paredes rosas, reposa una pintura de gran tamaño con un escenario artesanal. En ella se aprecia a un panadero, el señor Don Toño, untando mantequilla en pequeñas bolas de masa; en otro extremo, la señora María Elena Monares prepara la harina que eventualmente se introducirá en el horno de adobo al fondo. En la obra también se aprecian objetos de gran peso simbólico para la familia Ornelas: un par de guantes y una bicicleta representan a tres familiares que ya han dicho adiós.

Algo muy común en toda casa mexicana son las fechas invernales acompañadas de pan dulce con café, leche o chocolate; las conchas, puerquitos y orejitas siendo los reyes de estos postres horneados. Pero en nuestra ciudad no consumimos cualquier pan dulce, pues todo buen ensenadense sabe que, si de pan se trata, panadería Ornelas es el lugar indicado. Esta panadería con herencia sonorense es una de las más prolíficas de la ciudad y con mayor reconocimiento, a tal grado que muchas personas, cuando piensan en pan, instantáneamente piensan en Ornelas.

Panadería Ornelas ha estado preparando pan desde el año 1986, pero realmente la receta original viene desde el padre del actual propietario, cuyas raíces están sembradas en Hermosillo, Sonora. Hornear pan siempre fue una tradición familiar en la casa Ornelas, sin embargo, fue uno de ellos quien vio oportunidad de crecimiento en esta pequeña ciudad pesquera.

Antonio Ornelas Becerra (Don Toño), fundador de Panadería Ornelas, se mudó de Hermosillo a Ensenada en el año de 1978. A pesar de que la mayoría de las oportunidades de empleo se encontraban en la construcción de la carretera escénica y la industria pesquera en su pleno apogeo, Antonio nunca miró hacia ninguna de estas vías y en su lugar se fue directo a lo suyo: el pan, alimento cuya elaboración fue perfeccionando en su época de luchador. “Mi padre luchaba por las noches en diferentes lugares de la república, y por las mañanas buscaba trabajo de panadero en donde estuviera”, comenta César Ornelas, hijo del Sr Antonio y actual administrador de la sede matriz, ubicada en Avenida México y Avenida del Puerto.

Tras su llegada a Ensenada, Don Toño laboró por un año en una panadería local, tiempo suficiente para ahorrar el dinero necesario para traer a su familia completa hasta en Ensenada. Un poco más de tiempo y Antonio se independizó como panadero, fundando así un negocio que le daría fama a su nombre.

Panadería Ornelas salió del horno en 1986 como un negocio 100% familiar. En su primer local sobre la avenida México y primer ayuntamiento, Antonio horneaba pan en horno pizzero para complacer a la locataria, mientras que recibía orden tras orden de pan telera por parte de los torteros de la vecindad. El éxito de Ornelas les permitió fundar un segundo local, justo al lado del que ya ocupaban sobre la avenida México, y así empezaron un segundo negocio de exclusivamente pan blanco para darle abasto a torteros y posteriormente también a estudiantes. Desde entonces panadería Ornelas ha estado en constante crecimiento, siendo fácilmente localizada por cualquier ensenadense en sus múltiples sucursales.

“Yo creo que logramos ser parte de la gastronomía de Ensenada, no somos sólo una marca más, sino parte de la identidad del puerto: ya varias personas en vez de decir voy a la panadería, dicen voy a la Ornelas, como ya un referente”, comenta César con orgullo.

EL SABOR DE LA TRADICIÓN EN CADA MORDIDA

Panadería Ornelas siempre ha tenido la calidad y el sabor de sus productos como prioridad, aspecto que podemos corroborar cuando probamos sus panes esponjosos, siempre calientitos y recién salidos del horno. Entre sus panes más populares están la telera, el birote y las conchas, así como panes de nombres sofisticados como baguettes con ajonjolí.

Ornelas también cuenta con múltiples variedades de pan dulce a su disposición, como donas glaseadas, ojos de buey, polvorones, conos rellenos, empanadas, quequitos, orejas, patitas rosas, cevillanos y para la ocasión, pan de muerto. Y claro, también les recomendamos prepararse para las tradicionales roscas de reyes, rellenas con diferentes dulces cremosos como queso crema (philadelphia), cajeta y nutella.

Todos en algún momento hemos entrado a esta casa rosa atraídos por el olor de un pan recién hecho, y es que nada le gana a la belleza de poder satisfacer tu antojo con los 10 pesos que traes en el bolsillo, sobre todo cuando sabes que sin importar lo que elijas, disfrutarás cada mordida de principio a fin.

Esta panadería ha logrado fundirse a la gastronomía local, convirtiéndose en un referente por mérito propio, algo que quizás la familia Ornelas nunca esperó, pero ha sabido mantener por 33 años, todo gracias a la transparencia, calidad y tradición que ofrece la “Catedral del pan”.

3 comentarios en “Panadería Ornelas: un ícono gastronómico de la identidad ensenadense

  • Pan delicioso cuyo sabor nunca se olvida, he sido cercana a la familia Ornelas y sus panaderías desde hace muchos años y siempre me ha encantado el delicioso e incomparable sabor de sus productos, admiro el entusiasmo , la constancia y la entrega a su trabajo de la familia Ornelas y les deseo sigan progresando y produciendo su delicioso pan, va todo mi cariño Para la familia Ornelas

  • Con mucho respeto y con la idea de volver a disfrutar del exdelicioso pan de la Ornelas de la Mexico: mi opinion es que hace mas de un año el pan lo estan haciendo con un sabor desagradable.

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