EL COMEDOR DEL PUEBLO: LA SAZÓN QUE NO DISCRIMINA.

El Comedor del Pueblo resalta su barrio en medio de un vecindario de holgura económica. 

Ya sean ciudadanos ahorradores; estudiantes, gustosos del sazón, discapacitados, ancianos o transeúntes privilegiados que desean empaparse de humildad, todos disfrutan de un ambiente que resulta exclusivo en un área de la ciudad en la que abundan los restaurantes cuyo objetivo no es precisamente el de ser caritativos.  

COMO EN MI TIERRA: RELATO DE UN PLATILLO GUERRERENSE

“Fácilmente pude haber puesto una taquería donde lo principal fueran los tacos de adobada, pero pensé en dar algo distinto, además de algo que me recordase de donde soy. Por eso el nombre de Zanka; todos los recuerdos se me vienen a la memoria cuando preparo y entrego la barbacoa, es como compartir algo de mi pueblo”.

“HAY MUCHAS MANERAS DE SER PANADERO, PERO NO DE SER ORIGINAL»

No se trata de cualquier pan, si no de birote artesanal hecho en horno de leña. Esta delicia la elabora Pascual García Topete, quien lleva años haciendo pan: “fue mi padre quien nos enseñó a mí y a mis hermanos a hacer pan desde pequeños”, comenta Topete. Ahora, elabora alrededor de 450 panes diarios que cada mañana llegan a las mesas ensenadenses tras un proceso de doce horas, que abarca desde que prepara la masa hasta que distribuye el pan.