Redacción por Iván Gutiérrez / Fotos por Antonio Gándara
Una tarde plácida y fresca de octubre arropa el espíritu, listo para comenzar el fin de semana con una buena combinación de sabores. La ubicación es el patio de Bajadventures Bikers, destino ciclista que hoy tiene la suerte de tener como invitados a Medusa Food Truck, una cocina móvil que busca revolucionar el paladar en cualquier rincón de la ciudad.
De colores rojo-tomate y un estilo totalmente retro, esta cocina móvil lleva en su interior a Paul Rodríguez y Adalid Bautista, un equipo de estudiantes del sabor quienes desde enero 2019 se dedican a circular por los diferentes spots y eventos gastronómicos de Ensenada, llevando menús que se adaptan para cada ocasión.
“Buscamos que nuestro concepto no se vea sólo como comida rápida, sino una propuesta más allá, más creativa”, nos comparte Adalid, a lo que Paul complementa: “Exacto, tenemos la idea de que no sea sólo una carreta, sino que la comida tenga buena presentación, utilizando siempre la mejor calidad en los alimentos. Por ejemplo, ahora traemos menú de marisco por la temporada, y todo el producto que manejamos es fresco”.
Al fondo suena Sounding Out the City the Michells Affair, poniendo la atmósfera perfecta para abrir el apetito. Medusa Food Truck no tiene cede fija, pues desde un inicio Paul y Adalid optaron por trabajar de forma itinerante, llevando propuestas con la calidad de un restaurante a cualquier rincón del exterior: “Hemos estado en el Valle, Hacienda Guadalupe, Maglen, en Maneadero, y aquí en Ensenada en Cardera, en restaurante San Miguel, en Ventana al Mar para el evento de la sardina, y también en cursos que hace el Gobierno municipal y estatal”.
El menú que los gastrónomos han preparado para esta tarde incluye una variedad de ceviches coloridos, mismos que van del verde al rojo y el negro. También han incluido una exquisita tostada de cayo y camarón, elaborada con salsa negra y roja (de aceite de chiles) en un mix bien condimentado. Además, para los que buscan algo más cálido, su taco gobernador hecho con machaca de jurel, pulpo y camarón no tiene comparación.
“El ceviche negro lo hacemos a base de puras cenizas, usando vegetales con sabor noble, que no tienen sabor muy fuerte; con eso hacemos la pasta y es lo que le da el sabor”, comenta Adalid. Sobre diferentes bowls oscuros pequeños trozos de jurel fresco aguardan para ser combinados con otros mariscos. “El secreto es hacerlo con empeño”, dice Adalid mientras le agrega a uno de los jureles la pasta grisácea con un aspecto parecido al cemento.
A escasos centímetros una almeja generosa es curtida con limón y salsa asiática de ostión por Paul; a continuación, le agrega sal de mar mientras Adalid corta un aguacate en rebanadas del mismo tamaño y las coloca en forma de espiral sobre el marisco. Al bowl de la almeja generosa le llueven rebanadas de pepino y cebolla; la destreza en las manos de ambos cocineros demuestra la experiencia en la cocina. “Estas son cortadas del huerto”, dice Paul a manera de broma mientras sostiene un brote de cilantro, refiriéndose a que provienen de una planta cultivada por Adalid.
Cada espacio de la combi es aprovechado por los cocineros, desde la mesa negra de la parte que da hacia los espectadores, hasta la capota de donde cuelga una televisión y bocinas que le dan ese toque tan fresco al lugar como los ingredientes que utilizan.
“Lo que más disfruto de cocinar es experimentar, es la parte creativa, aterrizar la idea que uno trae y ofrecer algo único”, comenta Adalid, mientas levanta con cuchilla otra espiral de aguacate y la monta sobre el ceviche rojo, compuesto por almeja, camarón y callo de hacha. “Busco transmitir parte de lo que he aprendido con mis padres, que también se dedican en la cocina, y también lo que he aprendido estando en otras cocinas, renovar lo que he aprendido”.
Ambos cocineros se mueven con gran coordinación dentro del pequeño espacio de cocina, demostrando que, para un buen equipo, tres metros cuadrados bastan para sacar a flote los mejores sabores. Al fondo suena Isaac Hayes, A Tribute, mientras Adalid monta la primera montaña del ceviche negro, adornado con brotes de cilantro y rábano. Así van saliendo los ceviches de la línea fría de esta tarde.
“Me gustaría que el proyecto sea grande e inclusive poner una cadena, irnos de viaje”, comenta Paul con mirada visionario. “Ahora estamos viendo si para el otro año hacemos un viaje hasta Los Cabos, la idea sería ir llegando a puertos y agarrar el mejor producto del lugar para cocinarlo nosotros de una manera diferente a la que están acostumbrados, recrear las recetas”.
Mientras les llega un nuevo pedido, Adalid coincide con la visión de su compañero: “Me gustaría que este proyecto se diera a conocer en toda la república, que la combi no se quede solo en Ensenada, sino que haga un recorrido por todos los estados, llevando la mejor cocina de la Baja a todo México”.
Una cerveza Wendlandt llega al borde de Medusa Food Truck, brillando con ese resplandor dorado que tanto antojo provoca, a la par que ambos cocineros proceden con su arte, tomando cuchillo, licuando salsas y picando marisco, decididos a llevar su mejor sazón a los afortunados que hoy se han encontrado en el camino con esta deliciosa y flotante cocina móvil.