De Marea Roja a Marea Infinita: XX años de Aguamala creando olas

Redacción por Mariana García
Fotos por Andrés García

El 20 de septiembre se celebró el vigésimo aniversario de Cervecería Aguamala con un evento en su planta. El evento estuvo lleno de amantes de la cerveza, quienes disfrutaron de los productos innovadores del lugar y, sobre todo, de la cerveza de aniversario: Marea Infinita, una Hazy Red IPA de color intenso gracias al proceso de filtrado que caracteriza a las Hazy, donde, además de obtener turbulencia y cuerpo, se le da la oportunidad al lúpulo de brillar dominando el sabor, sin dejar de lado las notas florales. Esta cerveza es un “remake” de la primera de Aguamala: Marea Roja, una cerveza color caoba con notas a malta, caramelo y flores.

Nathaniel Schmidt —fundador de la cervecería— nos cuenta sobre la evolución y el aprendizaje necesarios para llegar a Marea Infinita: “Cuando hicimos la primera Marea Roja era una Amber Ale, pero una muy lupulosa; hace veinte años no existía el estilo de Red IPA y, cuando se creó, la convertimos en una. En ese entonces ni pensábamos en hacer una Hazy; todas las cervezas debían ser claras, y ahora todo el mundo quiere Hazy, con esa turbidez como de jugo. Eso sí, cuando hicimos la primera cerveza era igual de turbia que esta, pero aprendimos a hacerla clara y ahora ya está turbia otra vez.”

¿Cuál es la diferencia entre una IPA y una Red IPA? El color suele ser más ámbar o caoba en las Red, y el sabor amargo depende; ambas se mantienen con una medida de amargor —IBU en inglés— de 40 a 60, mucho menos que una Imperial IPA o una Doble IPA.

Esto demuestra que Aguamala nunca deja de trabajar e innovar con las cervezas que presentan en sus locales y en el tasting room ubicado en la Carretera Tijuana-Ensenada, donde Nataniel nos invita a pedir una bandeja de degustación y escoger su cerveza favorita; además, no tienen que preocuparse por repetir. En Aguamala hay una cerveza nueva que probar todos los martes.

Dentro del evento se sirvieron las cervezas más populares; después de preguntar a varios clientes, encontramos que Marea Infinita se llevó el título a la más popular, seguida de cerca por la Astillero, una Imperial IPA lupulosa, con notas de frutas tropicales y acaramelada. Otras de las mencionadas fueron: Mantis, una WIT dorada con sabor dulce, cítrico y herbal, perfecta para una tarde calurosa; Sirena, una cerveza estilo Pilsner con notas florales y frutales; y Latte Stout, una Coffee Stout elaborada con granos de café, de color oscuro intenso y sabor tostado.

Aunque, claro, la popularidad depende de muchos factores, y Nataniel nos comparte algunos: “A las personas les encantan las Lager y las IPA, algo que no me esperaba hace quince años, cuando empezamos a hacer la Astillero; entonces, les gustan los dos extremos. También tiene una periodicidad; hay gente a la que le gustan las cervezas oscuras cuando empieza a hacer frío, entonces en noviembre o diciembre, que se nubla, piden mucho la Mantarraya. Depende de dónde estés; por ejemplo, la Latte Stout la sacamos una vez, pero ahorita en el sur de la ciudad la piden todo el tiempo”.

Cervecería Aguamala mantiene un alto estándar de calidad no solo en las cervezas, sino también en la experiencia que ofrece a los clientes. Diversos asistentes contaron que la razón por la que vuelven es la atención al cliente y el ambiente, que los hace sentir entre amigos. No es un secreto que Aguamala es un lugar icónico entre las cervecerías porteñas y que ha llegado a 18 estados de la república. ¿Cómo mantienen esa esencia artesanal? Nataniel nos da la respuesta: “Nunca hemos perdido el amor por experimentar; siempre estamos innovando y pensando cosas nuevas, como la cerveza con ostiones, con vino, con cactus o plantas locales. Eso de siempre estar probando cosas nuevas nos ayuda a mantenernos humildes y a ver que siempre se puede hacer algo nuevo y algo padre”.

Tener un negocio exitoso durante veinte años trae consigo grandes retos y lecciones. Nathaniel compartió con nosotros algunas: “El primer reto fue empezar con los permisos; cuando comenzamos, no existía el permiso para la cerveza artesanal. Desde ahí hasta aprender cosas que uno no sabe; yo soy biólogo, así que tuve que aprender de contabilidad y un poco de todo para armar el negocio. Siempre hay que ser receptivo, porque uno no lo sabe todo, así que hay que reunir gente que sepa lo que uno no”.

Nathaniel encontró el amor por la cerveza artesanal cuando estudió la licenciatura; en la escuela californiana donde estudiaba había cuatro cervecerías artesanales y eran tan diferentes a las cervezas comerciales de México, que le encantó la presencia de lúpulo, el aroma y los sabores. Así como él, hay muchos que aman la cerveza y quieren dedicarse a producir. Para todos los cerveceros novatos, nos dio un par de consejos: “Es un amor al arte, no es un gran negocio; a la gente que entra porque quiere hacerse millonaria no le funciona. Tiene que gustarte lo que estás haciendo y tienes que ser constante, porque vas a hacer lo mismo día tras día, como limpiar y sanitizar; hay muchos que romantizan el proceso, pero no ven el trabajo detrás y le pierden el amor. Los invito a la cervecería de Sauzal, que nos acompañen para ver cómo hacemos la cerveza y de qué se trata, antes de poner su negocio; lo hemos hecho con varios cerveceros que ya armaron sus cervecerías y estamos felices de ayudarlos”.

El espíritu original, la humildad, la dedicación y el amor a la cerveza es lo que define a Aguamala, aquello que comparten con cada proyecto nuevo y con sus clientes durante veinte años. Éste es su lugar si quieren pasar una noche de fiesta con sus amigos mientras tienen una experiencia inolvidable.

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