
SABORES QUE SON RECUERDOS, por Iván Gutiérrez
Corría el año 2002 y el mundo no era como lo conocemos ahora: ni tan acelerado ni tan distraído. Eso sí, ya había lugares donde los sabores se conjugaban de manera perfecta. Uno de ellos llevaba por nombre “Los Cachorros”, un pequeño restaurante con fachada de carreta en la esquina de la Calzada Córtes y Calle 3era. Recuerdo que, tras “descubrirlo”, uno de mis hermanos llegó y me dijo “bro, tienes que probar las papas de este lugar, ¡la de carnes está increíble!”.
Dicho y hecho, decidí acompañarlo, y vaya sorpresa que me llevé al llegar, pues el lugar era pequeño, apenas una barra con banquitos, luces amarillas, abundantes salsas y eso sí, mucho pero mucho sabor. Pedí mi papa de carnes y tras el primer bocado me hice, al igual que mis hermanos, un verdadero aficionado a “Los Cachorros”, o como re-bautizaríamos en nuestro círculo al lugar: “La Papa”.
Eventualmente el establecimiento se movió desde la esquina a unos metros más allá, ampliando sus instalaciones. Ya en su nueva ubicación, La Papa también se convertiría en el destino predilecto de mis amigos, quienes motivados por nuestra recomendación, terminarían uniéndose al “culto” de La Papa, esto en gran medida por la cercanía con nuestra casa (punto de reunión de cada fin de semana), pero también motivados por la relación precio-sabor, pues las papas no solo eran deliciosas, sino también accesibles. En su menú incluso tenían una promoción de tres burritos por $30 pesos, oferta que celebrábamos ya que todos éramos estudi-hambres. De tal manera que cada fin de semana era obligada una o varias paradas a La Papa, llenando a veces una mesa con hasta 14 personas adolescentes hambrientos.
Han pasado los años y a pesar de que ese grupo de amigos ya no nos veamos tan seguido, para mí sigue siendo un gusto ir a comer a Los Cachorros. Si bien la nostalgia juega a su favor, también es verdad que conservan la calidad y sabor que siempre los han distinguido, e incluso con la inflación de los últimos años, sus precios siguen bastante accesibles. Hoy por hoy, ir a La Papa es visitar una parte del barrio donde se combinan la sazón, la calma y esa tranquilidad de saber que, a pesar de que el mundo siga cambiando, hay espacios que permanecen ahí para uno.
DE PAPAS RELLENAS Y EL VIEJO OESTE, por Mariana Camacho
“Los Cachorros” comenzó como un puesto de papas a la plancha en el año 2002, motivados por la novedad de las papas rellenas en el puerto y el deseo de crear un negocio que sobresaliera por su sazón. Desde el principio sus papas atrajeron la atención del público, y en menos de diez años lo que comenzó como un pequeño puesto en la esquina de la cuadra, pasó a convertirse en un restaurante de amplias dimensiones con su toque campirano.
En lo personal, al llegar a papas “Los Cachorros” sentí que estaba saliendo de una máquina del tiempo. Y es que desde que ves la fachada del restaurante, tu mente se transporta a una ranchería o una cantina del viejo oeste, donde Clint Eastwood podría llegar en cualquier momento.
Adentro el ambiente sigue el estilo campirano: mesas de madera con algunos troncos, plantas en macetas peculiares, un mural lleno de celebridades de todas las décadas – Marilyn Monroe, Chespirito, Cantinflás, Selena, Joan Sebastian, etc– y la decoración nostálgica — muebles de antaño, figuras de cerámica y porcelana, entre otros detalles curiosos— te da la sensación de entrar en la casa de uno de tus abuelos.
Cabe agregar que el restaurante mantiene parte de sus orígenes, pues la cocina sigue siendo parte de la carreta original restaurada. Y si uno es observador, también podrá notar que las pegatinas de equipos de la Baja 1000 dejan en evidencia que el restaurante tiene una gran fama para los aficionados de las carreras.
«Llevamos más de 22 años operando. El sabor y el lugar tienen algo especial que a la gente le gusta», nos comenta Gerardo Cota, hijo de Erica Cota, una de las fundadoras.
A mi parecer, el sabor es lo que ha mantenido a los clientes apegados a este restaurante. De los tacos a las papas, ningún platillo decepciona y todos destacan por sus sabores cuidados y equilibrados: cada platillo tiene la cantidad perfecta de elementos que crean una gran coherencia y te dejan deseando volver por más.
«Para mi gusto, recomendaría la papa de carnes para los que vengan por primera vez, ¡aquí los esperamos!», comenta Gerardo.
El menú es variado, si bien las estrellas son las papas a la plancha: La Gringa —una delicia que tiene carne adobada y piña—, La Encabronada —una de las primeras estrellas hecha con carne, tocino, chorizo, chile morrón, cebolla y queso—, La Hawaiana —innovadora y sabrosa preparada con jamón, piña, champiñones y queso—, La Campesina —ligera y hecha de rajas, elotes, crema y queso— y La de Carnes —tan clásica como completa, elaborada con carne asada, adobada, chorizo, tocino, jamón de pavo y queso—. También existe la opción de crear tu propia papa, con tus ingredientes favoritos de cualquiera de las papas que hay en el menú.
Refrendo que no todo son papas, pues la carta cuenta con más platillos como: Tacos tradicionales de carne de asada y adobada que puedes pedir con tortilla de harina o maíz, Quesatacos, Burritos (¡a solo quince pesos y tres por cuarenta pesos!) y platos completos de arrachera, pollo y costilla.
Las salsas destacan como un emblema del lugar, pues tienen una variedad digna de admirar: hay de Tamarindo, Guacamole, Mango habanero, Pico de gallo, Jamaica, Tatemada verde y roja, Ajonjolí, Tomate rojo con habanero y Chiles marinados en soya. Todas las salsas son ligeras y sabrosas, complementos ideales para el resto de platillos.
Y si el hambre es demasiada para esperar tu papa, como entrada tienen los famosos Chiles Maniacos —un sabroso plato de chiles güeros rellenos de queso, cubiertos de tocino y glaseados con un poco de salsa BBQ que tientan a cualquiera—. Y las bebidas no se quedan atrás, pues ofrecen aguas frescas de Cebada, Jamaica y limón con pepino.
Como recomendación personal, si es tu primera vez visitando “Los Cachorros” pediría una papa de carnes y le pondría un poco de salsa de Tamarindo acompañada de agua de limón con pepino para aliviar un poco el calor de verano. Sin lugar a dudas, “Los Cachorros” es el restaurante perfecto para pasar una tarde en familia o con amigos y degustar algo rico y tradicional, con un ambiente que resulta cómodo e inmersivo y un servicio a cliente que destaca por su amabilidad y rapidez. Si deseas comer bien y a gusto, dale una oportunidad a “Los Cachorros”, te aseguro que estarás contento de volver más de una vez. Sino pregúntale a Iván, que lleva casi dos décadas yendo por su papa preferida, ¡buen provecho!