Sofía Grijalva
Al entrar por los arcos ocre de la recepción eres recibido por la bossa nova, mientras la barra de ensaladas baila frente a tus ojos en un torbellino de colores, aromas y texturas. No hay suficiente espacio en el plato para todos los platillos que quieres probar, pero en tu mente haces un plan detallado de la velada, esperando tener la oportunidad de saciar todos tus antojos: quizás comiences con una ensalada ligera de tomates cherry con queso feta y pepino, con un poco de pasta pesto o carpaccio de salmón, para entonces continuar con el plato fuerte, el ícono de los restaurantes brasileños, sus cortes de carnes: picanha, arrachera, puerco, cordero, una a una son traídas hasta tu mesa, y con el girar del semáforo haces tu elección. Tu plato está completo, pero la noche apenas comienza, después de todo aun tienes espacio para el postre.
Todos hemos estado en esta situación: es una ocasión especial, la familia, los amigos y hasta los astros se han alineado para que sus horarios coincidan en un mismo espacio tiempo, y entonces deciden que la mejor opción para honrar el momento es compartir la mesa. La pregunta pasa de ser ¿qué hacemos? a ¿dónde comemos? Diferente pregunta, pero no menos complicada de resolver. Con diferentes dietas, gustos, y en el caso de los más pequeños, capacidad de atención, es complicado encontrar el lugar que complazca a todos, por ello Mr. Pampas, con su amplia variedad de platillos y teniendo la comodidad del cliente como prioridad, se ha mantenido en el gusto de los ensenadenses por trece años.
Mr. Pampas se caracteriza por su servicio tipo rodizio, mejor conocido como “espadas”, un estilo restaurantero proveniente de Brasil y Portugal en el que, a cambio de un precio fijo, los comensales pueden elegir de una variedad de carnes, las cuales son presentadas hasta la mesa por los meseros, quienes constantemente hacen rotaciones para asegurarse que el suministro de carnes no se agote hasta que el comensal lo decida.
En el caso de Mr. Pampas, estos cortes se complementan con la barra de ensaladas, ya incluida en el precio de entrada, con una variedad de alrededor de 60 platillos que van desde ensaladas verdes y frutales, sopas, caldos, comida mexicana, japonesa, mariscos y por supuesto postres, ¡la surtida barra tiene algo para todos y garantiza una experiencia culinaria balanceada en la que ustedes son amos y señores!
Lo que realmente le da a Mr. Pampas su sello de excelencia es la manera en que sus carnes son tratadas. Seleccionadas para cumplir con los mejores estándares de calidad, todos los cortes son cocinados en una parrilla para churrasco, una gran parrilla de carbón, muy común en Brasil, en la que los cortes son cocinados mientras giran lentamente; esto permite que la carne se dore uniforme por fuera, mientras que todos los jugos y su sabor son atrapados adentro. El resultado es una carne tierna, con todo el sabor compactado, y encima de esto ustedes deciden el término en que desean su carne; ¿término medio? ¿bien cocida? ¿prácticamente cruda? Ustedes den la palabra y el mesero les traerá su carnita personalizada.
En cuanto a las recomendaciones Molcajete, optamos por apegarnos al plato más representativo de este restaurante brasileño, este plato se ve más o menos así: su corte tradicional, la picanha, extraída de la parte posterior de la espalda de la res, es uno de los cortes más tiernos y, al estar rodeada de la grasa blanca de la vaca, tiene también un sabor único y mucha jugosidad; a este corte le acompaña perfecto unas rodajas de piña asada con canela, ya sea flameada o sin alcohol, agréguenle una caipirinha bien fría y listo, ¡tienen a Brasil en un plato!
Aunque la decoración, ambiente y vibra general de Mr. Pampas está más orientada hacia la elegancia y lo pulcro, Itzel Orduño, encargada de Relaciones Públicas y Mercadotécnica, nos comenta que la verdadera esencia de Mr. Pampas es ser un restaurante familiar, de ahí que sus opciones de comida sean tan variadas y que incluso cuenten con un servicio de guardería —vigilancia visual y una persona encargada de supervisar a los pequeños incluido—, todo esto con la intención de que quien visite Mr. Pampas pueda relajarse y pasar una velada deliciosa.
Podríamos seguir hablando sobre su increíble servicio al cliente o su servicio de cuidado infantil que permite a los adultos disfrutar de una noche en paz, pero trece años no pasan desapercibidos, y lo más seguro es que ya han visitado a Mr. Pampas más de una vez, así que permítanos que este reportaje sea un amable recordatorio de su excelente calidad en carnes y ensaladas, e invitarlos a celebrar con Mr. Pampas trece años de lo mejor que Brasil tiene para ofrecer.