Sofia Grijalva
El pasado sábado cuatro de mayo, un tercio de Revista Molcajete cambiamos las sudaderas y el café por nuestras mejores vestimentas y una copa de vino para aventarnos al vigésimo Festival de las Conchas y el Vino Nuevo, el festival que reúne a los tres sectores más prósperos de la ciudad: acuicultura, vitivinicultura y gastronomía.
Con un clima privilegiado de sol y pocas nubes, el código de vestir para este festival consistió en telas ligeras y muchos, muchos sombreros. La estética de los puestos fue una mezcla entre influencias tribales y las palapas veraniegas que abundan en las playas, mientras el ambiente estuvo a cargo de la música lounge y r&b soul. En general, se vivió una vibra relajada con un ligero toque de caos.
Un aproximado de 500 personas recorrieron el muelle de Hotel Coral Marina degustando lo mejor que la fauna marina del Estado puede ofrecer. En total participaron 57 restaurantes, tanto de la zona urbana como del Valle de Guadalupe; 31 vinícolas, las cuales sumaron un aproximado de 120 etiquetas a degustar; 18 stands de productos variados y 18 productores.
Como asistentes primerizos del Festival de las Conchas y el Vino, está de más decir que no estábamos completamente seguros que esperar; sin embargo, para nuestra grata sorpresa, este festival conchero va más allá en el aspecto gastronómico de lo que pudiéramos haber imaginado.
Mejillones, abulón, almejas y ostiones fueron el común denominador de la tarde (naturalmente) pero podemos decir con seguridad que ningún puesto sirvió a estos moluscos de la misma manera. El primer puesto que visitamos perteneció a Fauna Restaurante, en donde probamos un ceviche de mejillón, con abulón y almeja, aderezado con una mayonesa de ostión ahumado y carnitas de pato; este platillo fue creado por el chef David Castro, y aunque en papel suena como un bocadillo sencillo, una vez en boca la combinación de cítricos y tonos ahumados posicionaron perfectamente el tono para el resto de la tarde; en otras palabras, una “explosión de sabor” nunca antes tuvo tanto sentido.
Otro platillo memorable corresponde a dos versiones muy distintas preparadas por la chef Alexander Suastegui, actualmente laborando en la Ciudad de México, pero Norteña de corazón y, en sus palabras, “una embajadora de los productos del Noroeste”. Siendo éste su tercer Festival de las Conchas y el Vino, Suastegui optó por presentar en su puesto dos sabores opuestos de conchas: una opción fresca de ostiones con espuma de aguachile de coco y salsa tatemada de tomate verde y, recién salidos del asador, muy al estilo norteño, mejillones con una salsa de chorizo de rancho hecha por la misma Suastegui.
Dos excelentes representantes de la zona urbana de Ensenada, fueron los restaurantes La Ciénega por el chef Raúl Cruz Sandoval y La Concheria, del chef Roberto Carlos de Anda de Velasco. El chef Raúl ofreció coloridos mejillones en escabeche de betabel y zanahoria, mientras que el chef Roberto presentó un ceviche de conchas, con almeja baby, mejillón, ostión y almeja chocolata, marinado con un poco de soya, limón y jengibre; en sí un platillo muy al estilo de su ceviche hecho con pulpo, almeja y pescado, el cual pueden encontrar en su restaurante en las bodegas de Santo Tomás, sobre la calle Miramar entre sexta y séptima.
Aunque la mayoría de los platillos de este Festival fueron hechos especialmente para la ocasión, logramos identificar algunos restaurantes que planean agrandar sus menús próximamente. Entre ellos se encuentra la cocina de la cervecería Wendlandt, liderada este año por el chef Ian García; y el nuevo proyecto culinario de los chef Miguel Bahena y Carolina Verdugo, Madre Restaurante.
Para su segundo año en el Festival de las Conchas, el chef Ian preparó un muy necesitado coctel de elote con mejillones, perfecto para apaciguar el frío de la brisa marina; este cóctel lleva Queso de Cincho, mayonesa de guajillo eneldo y limón amarillo, polvo de chile de árbol y cilantro. Si logramos despertar su antojo, no se preocupen, este cóctel será parte del menú de Wendlandt durante todo el mes de mayo. Por su parte Verdugo y Bahena trajeron el espíritu italiano a su platillo de mejillones con salchicha italiana de la casa y pasta casera, el cual a partir de ese día será parte del menú de Madre Restaurante de manera permanente.
Al finalizar nuestro recorrido por el Festival de las Conchas y el Vino, salimos del territorio del Hotel Coral habiendo obtenido una apreciación por los moluscos Bajacalifornianos muy distinta a la que previamente teníamos. Resulta que hay otras maneras de degustar unos ostiones frescos, además de agregar salsa valentina y unas gotas de limón (aunque esta opción sigue siendo una delicia clásica).
Por supuesto es importante abordar el elefante en la habitación; el precio. El boleto de entrada al Festival ronda los $900 pesos, el costo del boleto cubre los gastos de consumo en bebida y comida. Con este dato y la breve descripción que hemos hecho del festival, dejaremos a su criterio sopesar el valor de este evento costero; sin embargo, si desea conocer más sobre la producción marisquera y vinícola de la región, o simplemente degustar platillos increíbles, este festival es el adecuado para usted.