En calle segunda y Espinoza, en contra-esquina del famoso mini-mercado El Venado, hay una pequeña carpita con un pulpito morado de sombrero y zarape. Tras él se revela una carreta llena de ostiones, conchas y sabores marinos que día con día llenan de frescura los paladares porteños que circulan por esta área de la zona centro. En la parte frontal de esta cocina ambulante hay decenas de calcas de motocross, Baja 500, Carls Racing y un molcajete por ahí. El nombre de esta carreta es “Mariscos El Zarape”.
Dicen que en las conversaciones de las carretas de mariscos de Ensenada es donde más se puede sentir la esencia popular del puerto. Así lo refrendan un par de comensales que degustan sus tostadas mientras platican de esto y aquello, de los ires y venires de la vida: “mi apá se murió el año pasado, dos días antes de navidad. Siempre decía, en esta vida todo cuesta, por eso hay que chingarle”.
Sobre la barra de El Zarape abundan las salsas coloridas, desde México Lindo (habanero verde) y Capitán (Picante Negro), hasta las tradicionales Valentina, Huichol y Guacamaya, pasando por la Azteca Chiltepín, la Perrona, la Habanera El Yucateco y muchísimas más. Así, en este paisaje de la gastronomía urbana ensenadense, es donde Carlos Arturo Amador Medina nos comienza a platicar sobre los orígenes de la carreta que hoy maneja junto con su esposa Teresa y su hijo Edgar.
“Nosotros iniciamos trabajando en la carreta Navolato, en Riverol y Boulevard Costero, que es de mi hermana. Ahí estuvimos buen tiempo, hasta que decidimos nosotros también emprender, porque tiene que buscarle uno por la vida: hay que aventarse al agua, porque si no le buscas, nunca vas a saber lo bueno, no aprendes a nadar”.
Si bien la familia de Arturo nació en Sinaloa, el marisquero comenta que desde chicos llegaron a Ensenada, en donde ya llevan 25 años dedicándose al negocio de los mariscos. Amador, con una mirada que refleja la honradez de una vida de trabajo duro, comenta que durante diez años estuvieron trabajando en la esquina de Blancarte y Boulevard, frente al Bar El Zarape, de donde tomaron el nombre. Sin embargo, para diciembre del 2019 decidieron trasladarse a su actual ubicación.
“Nuestro objetivo es darles el mejor servicio y la mejor calidad, que puedan disfrutar toda la frescura del mar en su mesa”, nos comparte Amador, quien agrega que, si bien el último año ha sido muy complicado por la pandemia, los clientes locales les han ayudado a sobrellevar la situación. “Gracias a la gente de aquí hemos aguantado, por eso siempre los tratamos con mucha atención, le tenemos mucho cariño a la gente de Ensenada”, comparte mientras termina de mezclar los ingredientes de un aguachile.
En el menú de Mariscos El Zarape podemos encontrar todo tipo de delicias marítimas, desde cocteles (chicos, medianos, grandes y hasta jumbo), almejas (blanca, chocolata, gratinadas y combinadas con camarón y pulpo), ostras (pata de mula y ostiones), aguachiles (campechano, de puro camarón y combinados) y variedad de tostadas (de camarón, pulpo, ceviche y especiales).
Si bien todo es delicioso en esta carreta, Amador enfatiza que su especialidad son los aguachiles, las tostadas especiales (de ceviche, camarón, pulpo, cayo, caracol y almeja) y los cocteles campechanos (preparados con los mariscos de su preferencia). “Aquí vas a disfrutar como se disfruta del mar, todo fresco y preparado para sacar lo mejor de cada marisco”, comenta Arturo.
Abierto de miércoles a lunes en horario de 10am a 6pm, Mariscos El Zarape es de esas paradas obligadas para la gente que se mueve por el centro de la ciudad, que en medio de la rutina están buscando un breve pero delicioso descanso. Ahí por seguro encontrarán un delicioso coctel o una exquisita tostada servida con la simpatía necesaria para continuar su día con alegría: “aquí los esperamos para darles una probadita de lo delicioso que tiene Ensenada”, concluye Amador, mientras termina de servir una orden de ostiones que los comensales ya están saboreando con la mirada.